10.2.10

Los K rechazan el reclamo de Ctera

Por un 25 % de aumento en blanco y al básico en todas las categorias

La primera reunión de la paritaria docente nacional dejó en claro que de parte del gobierno no hay siquiera la intención de dar respuesta a ninguno de los reclamos docentes. La burocracia de Ctera reclamó un piso salarial de 1.900 pesos (que equivale a menos de un 20 por ciento de aumento), que ella misma define como de “pobreza”. Sileoni, sin embargo, lo rechazó de plano.

“Es un disparate”, se atrevió. Expuso la línea del gobierno K de la forma más clara, al decir que no tiene intención de discutir porcentajes que luego no pueden trasladarse a los sueldos de las provincias. Planteó que deben adecuarse a la “realidad del país” no sólo los montos sino también los “modos” de percibirlos, lo cual significa desdoblamientos y sumas en negro.

También reforzar la parte del salario no remunerativo o en negro, lo que permitiría a los gobernadores manipular sus convenios. Los gobernadores, por su lado, “salieron a advertir que les será imposible replicar un alza de ese tenor en sus terruños” (Ámbito Financiero, 29/1).

El mínimo propuesto por la burocracia sindical de Ctera es menor que el de Santa Cruz y significa menos de 50 pesos de incremento para jurisdicciones como Santa Fe, en tanto que en todas las provincias, la mayoría de la docencia ya cobra ese monto (los docentes que inician no llegan al 5 por ciento del total del magisterio).

El gobierno y la burocracia sindical celeste reiteran la maniobra de una paritaria no vinculante –o sea que el convenio nacional es un puro pedazo de papel. Sileoni no vaciló en recurrir al apriete: “el día no trabajado –dijo– no se va a pagar” (El Día, 30/1), anticipando la inevitabilidad de la huelga. Stella Maldonado, secretaria general de Ctera, arrugó: en declaraciones radiales minimizó el enfrentamiento; es del mismo palo K de Sileoni –no le gustaría ponerse el gorro de “destituyente”.

En las provincias directamente dirigidas por la burocracia celeste, los salarios docentes de 2009 sufrieron el aumento más bajo de todo el movimiento obrero, un 8,5 por ciento, frente a una inflación estimada para ese año de más del doble. El fin de 2009 fue marcado por huelgas en Córdoba, Río Negro, Catamarca, San Juan, Neuquén, Tierra del Fuego, Capital, Buenos Aires, Santa Fe, etc. Al comienzo de la actual discusión paritaria, según los diarios, los conflictos salariales docentes ya estarían planteados en más de diez provincias.

Buenos Aires, distrito estratégico

La provincia de Buenos Aires terminó el año con paros masivos y manifestaciones de docentes y estatales. A pesar de la combatividad de los trabajadores, las dos fracciones burocráticas en las que está dividida la CTA (Yasky-Baradel-Suteba, de un lado; De Gennaro-Godoy-ATE, de otro) llevaron la lucha a punto muerto. La disposición a la lucha vuelve a ser, ahora, enorme. Los 300.000 docentes bonaerenses son la tercera parte de los maestros de todo el país – y con los estatales superan el medio millón.

En este contexto, la burocracia celeste de Suteba anunció que reclamará en la paritaria provincial un incremento salarial del 25 por ciento, siempre sobre el inicial.

La burocracia celeste y el gobierno coincidieron en que la “propuesta nacional” esté cerrada a mediados de febrero, lo que indica que probablemente, al igual que en 2009, se inicie el ciclo lectivo sin finalizar la discusión paritaria nacional. La burocracia celeste ha apoyado el uso de las reservas para pagar la deuda externa, pero no la huelga de la educación.

Planteamos: paros progresivos hasta la huelga general hasta arrancar el 25 por ciento.
Tomamos la palabra de la burocracia de Suteba-Ctera de un aumento del 25 por ciento para todos los docentes del país. Agregamos: tiene que ser en blanco y al básico, y en todas las categorías.

Exigimos asambleas por escuela, por distrito y por provincia para fijar el pliego de reclamos, el plan de lucha y la elección de los delegados paritarios que lleven adelante el plan de acción y la discusión con el gobierno. Llamamos a los trabajadores estatales a coincidir con este reclamo y a actuar en común, superando todos los límites que la burocracia quiere imponerle a nuestra lucha.

Tribuna Docente

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