Según informaciones oficiales, en 2001 la deuda argentina era de U$S 144.500 millones, y durante la última década los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han pagado U$S 170.000 millones. Aún así, la deuda supera actualmente los U$S 250.000. Esto, sin contar los ruinosos acuerdos con Repsol y el Club de París, los juicios pendientes en el CIADI y los 'fondos buitres'.
La deuda argentina beneficia a diversos grupos económicos y bancos -extranjeros y nacionales- que especulan con una deuda que se ha vuelto impagable porque su crecimiento supera lo que se paga, producto de la capitalización de intereses y la contracción de nueva deuda para cumplir con los vencimientos.
Los gobiernos kirchneristas han trasladado parte de la deuda a la ANSES, el Banco Central, el Banco Nación, la Lotería Nacional y el PAMI. El 'default' de hecho con esos organismos implica la potencial quiebra de la banca nacional y del régimen de previsión social y atención de salud de nuestros jubilados. Han aceptado, además, la jurisdicción norteamericana de los canjes de deuda y los litigios en el CIADI, así como el reciente acuerdo con Crevron -que posee cláusulas secretas- que también posee jurisdicción en la Justicia de EEUU.
En 1976, el gobierno de Estela Martínez de Perón termina con una deuda de U$S 7.800 millones. La dictadura militar llevaría la deuda, en 1982, a más de U$S 45.000 millones. En 1981, el entonces Presidente del Banco Central, Domingo Cavallo, otorga un seguro de cambio a los capitales privados endeudados, que lleva al Estado a absorber deuda privada, beneficiando a Celulosa Argentina, Bridas, Pérez Companc, Acindar, Alpargatas, Banco de Italia, Techint, entre otros grupos.
Los orígenes de la actual deuda externa son completamente ilegítimos. Los vencimientos de deuda que tiene la Argentina hasta fines de 2015 es de alrededor de U$S 30.000 millones. Los beneficiados son los grupos económicos y los bancos que vienen especulando con la deuda argentina desde hace 40 años. Los que pagamos somos los trabajadores que sufrimos el ajuste, los topes salariales, despidos, suspensiones, impuestazos y tarifazos.
Planteamos el NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA, ILEGÍTIMA, FRAUDULENTA E IMPAGABLE. Y reclamamos que el ahorro nacional sea dirigido a las necesidades populares: educación, salud, vivienda, salarios, jubilaciones.
Planteamos: PLATA PARA EDUCACIÓN, NO PARA LA DEUDA. Presupuesto para salarios, construcción de escuelas, creación de cargos, materiales y equipamientos, becas, comedores escolares, boleto educativo, etc.
ADEMYS
