La
crisis educativa tiene nombre y apellido
Si hay un candidato que resume en su
sola persona la continuidad de las políticas noventistas con las actuales –con
algunos tibios cambios discursivos-, ése es el candidato a senador del Frente
para la Victoria, Daniel Filmus.
La conocida trayectoria de Filmus
comienza, naturalmente, con el menemismo. Fue subsecretario de educación del
intendente Carlos Grosso durante los años 1990-1992. Allí llevó adelante la
recordada “escuela shopping” de Sarmiento y Pueyrredón.
Luego, Filmus pasa a ser asesor del
ministerio de educación nacional y se comienza a elaborar la reforma educativa
de esos años: Ley de Transferencia, Ley Federal de Educación y Ley de Educación
Superior.
Cuando en 1996 Susana Decibe es
nombrada ministra de educación nacional, el jefe de asesores de la cartera
educativa pasa a ser Daniel Filmus.
En el medio de su gestión con Grosso y
con Decibe, Filmus formó parte de la Dirección de FLACSO, usina de la
“inteligencia” que dotó técnicamente a los equipos que luego llevaron adelante
la reforma educativa de los ’90.
Concluida su labor de “reformista”,
volvió en 2000 a presidir la secretaría de educación, junto a Aníbal Ibarra
(legislador que había denunciado la creación de la “escuela shopping” de la
mano del propio Filmus).
En el marco de la enorme crisis social,
el gobierno de Ibarra ajusta los alimentos enviados a los comedores escolares a
partir de una disposición de la secretaría de educación: adecuar los menús
escolares a la situación financiera. Tras el gran repudio a la medida, Filmus
sacó a relucir su formación de “pedagogo” diciendo: “A la escuela se va a
estudiar, no a comer”.
Reciclaje kirchnerista
En 2003, Néstor Kirchner –él mismo un
reciclado menemista- lo recicla y lo pone al frente del ministerio de educación
nacional.
Cuando Daniel Filmus asume como
ministro de educación en 2003, publica un documento de balance crítico de la
Ley Federal de Educación y de la situación educativa. Sin embargo, en ese
documento destaca como aspectos positivos de la reforma de los noventa,
precisamente, “la nueva distribución de roles entre la nación y las
jurisdicciones educativas por los cuales estas últimas lograron más
protagonismo en las decisiones políticas, la extensión de la obligatoriedad
escolar a 10 años y la actualización de los contenidos básicos comunes”. Bien
visto, es lógico este diagnóstico del candidato a senador porque, por un lado, él
mismo fue promotor en los noventa de esas políticas y, por otro, esas políticas
fueron mantenidas durante su gestión y permanecen en la actualidad.
Con la llegada del kirchnerismo, se
comienza a elaborar una supuesta “contrarreforma” a la reforma de los noventa,
llevada adelante por los autores de la reforma de los noventa (Filmus y Carlos
Tedesco, viejo conocido de FLACSO). En esa componenda, participa activamente la
Ctera yaskista en una fenomenal integración al Estado.
Las leyes que estructuran el sistema
educativo en la actualidad son un rescate de la propia reforma educativa
noventista.
Se mantiene la descentralización de los
sistemas educativos que comenzó la dictadura y completó la Ley de
Transferencia; se sigue propiciando un fuerte proceso de privatización de la
educación (el 40% de los chicos que empiezan primer grado lo hacen en una
escuela privada, según datos de 2011); se mantienen los subsidios a las
escuelas privadas; se agudiza la baja en la matrícula que ya afecta a todos los
niveles de la educación estatal; los salarios docentes no llegan, en promedio,
a media canasta familiar por cargo; la crisis edilicia se agrava al ritmo del
ajuste presupuestario a nivel nacional y en cada jurisdicción; y se están
llevando adelante una serie de nuevas reformas educativas impulsadas por
organismos internacionales –ya conocidos-como el Banco Mundial, la OCDE y la
Organización de Estados Iberoamericanos cuyos ejes son el vaciamiento de la
escuela media para adaptarla a los requerimientos de las empresas, y la
flexibilización laboral docente a través de las evaluaciones de la “calidad”,
ajustando salario y estabilidad en los cargos.
La candidatura de Filmus coloca en
debate un necesario balance de la “década ganada” en educación, y en la
obligación de todos los sindicatos y agrupaciones docentes independientes del
gobierno de desnudar su falso progresismo.
TRIBUNA DOCENTE